Si estás planeando un viaje a la Costa Blanca y te preguntas cuántos días necesitas para visitar Alicante, hte lo cuento, con itinerario de viaje incluido. Como local que ha recorrido sus calles, playas y rincones más encantadores, te puedo contar de primera mano cómo aprovechar al máximo tu visita a esta hermosa ciudad.
Alicante, con su envidiado clima, paisajes costeros y rincones culturales, es un destino que merece ser disfrutado sin prisas. Aquí te dejo una guía que te ayudará a organizar tu viaje de manera que puedas conocer lo mejor de la ciudad y sus alrededores.
Alicante, una joya en la Costa Blanca
Alicante es una ciudad situada en el corazón de la Costa Blanca, una franja de litoral mediterráneo conocida por sus playas de arena blanca, aguas cristalinas y una historia fascinante. La ciudad combina un patrimonio cultural impresionante, como su famoso Castillo de Santa Bárbara, con un ambiente moderno, lleno de restaurantes, terrazas y tiendas. No en vano, Alicante es uno de los destinos más populares de la Comunidad Valenciana.
A lo largo de la Costa Blanca, encontrarás una serie de pueblos y rincones que completan la experiencia, como Benidorm, Altea o Jávea, todos con su encanto particular. La mezcla de playas de ensueño, rutas naturales y una vida cultural vibrante hacen de esta zona un destino ideal para disfrutar de unas vacaciones completas.
¿Cuántos días necesitas para visitar Alicante?
La duración de tu estancia en Alicante dependerá en gran medida del tipo de experiencia que busques. Sin embargo, para conocer lo esencial de la ciudad y sus alrededores, te recomendaría dedicar al menos tres o cuatro días. Con tres días puedes descubrir las principales zonas turísticas de la ciudad, visitar algunas playas cercanas y enamorarte de la gastronomía local. Y si te decides por un cuarto o quinto día, podrás adentrarte más en la provincia, visitando pueblos con encanto o haciendo rutas de senderismo.
Sea como sea, y para que puedas aprovechar tu tiempo al máximo, he preparado un itinerario de cuatro días, que te permitirá disfrutar de lo mejor de Alicante sin prisas.
Itinerario de 4 días para disfrutar de Alicante
Día 1: Recorre el corazón de Alicante
En tu primer día, lo mejor es comenzar conociendo el centro histórico. Empieza en la Explanada de España, el paseo marítimo más emblemático de Alicante, con su característica decoración de mosaico ondulado. Desde aquí, puedes dirigirte al Barrio de Santa Cruz, una de las zonas más pintorescas con sus callejones estrechos y casas blancas adornadas con flores.
No olvides subir al Castillo de Santa Bárbara, una de las fortalezas más grandes de Europa, desde donde tendrás unas vistas impresionantes de toda la ciudad y la costa. Yo he subido al castillo a pie, disfrutando de las vistas del puerto por el camino, y te recomiendo hacerlo temprano por la mañana o al atardecer, cuando la luz baña la ciudad de una manera espectacular.
Para cerrar el día, pasea por el Casco Antiguo, donde encontrarás una gran variedad de bares y restaurantes en los que disfrutar de una buena paella o un plato de arroz a banda, típico de la región.
Día 2: Sol, mar y un toque de cultura
En el segundo día, es el momento de disfrutar de las playas de Alicante. Te sugiero comenzar en la Playa del Postiguet, situada a pocos minutos del centro. Desde aquí, si eres aventurero, puedes tomar un barco hacia la Isla de Tabarca, la única isla habitada de la Comunidad Valenciana. Pasar el día en Tabarca será toda una experiencia; nadar en sus aguas transparentes y degustar un caldero tabarquino en uno de sus restaurantes será lo mejor del día.
Aunque si prefieres quedarte, otra buena opción es visitar el Museo Arqueológico MARQ. Lo visité hace un par de años con la familia, y aún y siendo de aquí nos encantó entender mejor la historia de la región, con sus exposiciones sobre la época romana, íbera y medieval.
Día 3: Naturaleza y pequeños pueblos con encanto
Dedica tu tercer día a descubrir los alrededores de Alicante. Un destino imprescindible es Guadalest, un pequeño pueblo encaramado en la montaña, conocido por su pintoresco castillo y sus vistas al embalse. Pasea por sus calles empedradas y visita el Museo de Miniaturas, una curiosidad que vale la pena ver.
De vuelta, haz una parada en Altea, uno de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca. Las vistas desde la iglesia del casco antiguo son espectaculares, y sus calles estrechas llenas de tiendas y talleres de artistas locales le dan un encanto especial.
Día 4: Benidorm y su vibrante vida costera
En tu último día, puedes visitar Benidorm, la ciudad costera más famosa de la región. Benidorm tiene algo para todos los gustos: playas kilométricas, parques temáticos y una animada vida nocturna. Disfruta paseando por el paseo marítimo y sube al mirador del Balcón del Mediterráneo, que ofrece unas vistas impresionantes del mar.
Si viajas en familia, una visita al Parque de atracciones Terra Mítica o al Aqualandia puede ser una gran idea para cerrar tus vacacioanes en la Costa Blanca.
Cómo llegar a Alicante y a las zonas turísticas
El aeropuerto más cercano es el Aeropuerto de Alicante-Elche (ALC), uno de los más importantes de España. Está a unos 9 kilómetros del centro de Alicante, lo que facilita mucho el acceso a la ciudad. Para llegar desde el aeropuerto al centro, puedes tomar el autobús C6, que sale cada 20 minutos y te deja en el centro en unos 20 minutos. También tienes la opción de tomar un taxi o alquilar un coche si prefieres mayor flexibilidad.
Si te vas a alojarte en las zonas más turísticas como Benidorm o Altea, puedes utilizar el servicio de autobuses que conectan estas ciudades con el aeropuerto. Te recomiendo coger el TRAM de Alicante, es una opción cómoda y económica, especialmente si te alojas en algún pueblo costero. Además, el trayecto en tren ofrece unas vistas preciosas del litoral.
Alquila un apartamento vacacional y disfruta sin prisas
Una de las mejores formas de conocer realmente una ciudad y disfrutarla sin sentir la presión de los horarios es alquilar un apartamento vacacional. Esto te permite organizar tu tiempo, preparar tus propias comidas y disfrutar de la comodidad de un hogar lejos de casa. No hay nada mejor que volver a tu apartamento después de un día de excursiones y descansar en tu propia sala de estar o preparar una cena con ingredientes frescos del mercado local.
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